Conforme vamos avanzando de edad, vamos adquiriendo mayor consciencia sobre la importancia de la salud dental, nadie quiere tener un temido dolor de muelas, sin embargo para poder evitar un sufrimiento tan grande como ese, y seguramente si lo has pasado, no querrás volver a experimentar algo tan doloroso que te impide incluso dormir, trabajar o tener algo parecido a una vida normal.
Muchas civilizaciones antiguas tenían consciencia que debían de cierta manera limpiar sus dientes, para esto usaban ramas de árboles o masticaban hojas de plantas naturales, sin embargo fue durante el siglo XV en la dinastía china donde se fabricó una especie de cepillo dental a base de madera y las cerdas eran elaboradas de pelos de cerdo, seguramente DuPont se inspiró en esto para patentar el cepillo dental de plástico como lo conocemos ahora.
El plástico ha sido un gran invento, hoy en día tenemos cientos de productos que usamos diariamente que están hechos de plástico, sin embargo no consideramos el impacto ambiental, sabemos que un cepillo dental plástico puede desintegrarse en alrededor de 300-500 años, pero cuando nos ponemos a pensar que los cepillos dentales que se utilizaron en la segunda guerra mundial, o el cepillo dental de Winston Churchill puede seguir en nuestro ecosistema y que probablemente se desintegró en microplásticos que contaminan el suelo y el agua, afectando la vida marina y potencialmente la salud humana, es cuando debemos detenernos a pensar en cómo mantenemos una buena salud oral, sin comprometer a nuestro planeta.
Tenemos que tener en cuenta que el cepillarse los dientes es un hábito diario, y que se recomienda cambiar tu cepillo dental aproximadamente cada 3 meses, ya que si las cerdas se ven como las hojas de una palmera, debemos tener la seguridad que el cepillo dental no esta cumpliendo su función de limpieza, si cambiamos cada 3 meses, estaremos utilizando 4 cepillos dentales al año, si tenemos un promedio de vida de 75 años, hemos utilizado para ese entonces 280 cepillos, considerando que cambiamos cada 3 meses desde los 4 años, si multiplicamos esa cantidad de cepillos por alrededor de 18 millones de habitantes solo en un país tan pequeño como Ecuador, podemos imaginarnos el impacto ambiental que vamos generando, y de esta manera debemos cuestionarnos, ¿que mundo vamos a dejar a nuestros hijos, si hoy en día ya comenzamos a notar el impacto del cambio climático.
Lo hecho, consumido está, pero somos la generación del cambio, es hora de actuar. Para nuestra suerte tenemos más tecnología que durante la dinastía China, así que ahora disponemos de cepillos dentales hechos de bambú, el bambú es un recurso renovable que crece rápidamente, lo que le convierte en una opción más sostenible. En la actualidad si queremos reducir nuestro impacto ambiental, los cepillos dentales de bambú son la mejor alternativa ya que son 100% biodegradables.
Pero además de pensar en nuestro planeta, el cepillo de bambú favorece nuestra salud gracias a sus propiedades naturales anti bacterianas, es un cepillo dental libre de químicos como el BPA que puede ser perjudicial para la salud.
En cuanto al cepillo dental de ATUK su diseño ergonómico facilita el agarre y la limpieza y sus cerdas son a base de un bioplástico usando el aceite de ricino como base, lo que por un lado hace que sea una opción más sostenible que opciones como el nailon convencionales, además este tipo de cerdas que manejamos son suaves y mucho mas amigables con las encías sensibles.
Para que tu experiencia durante el cepillado dental sea única, te recomiendo combinar el mejor cepillo dental ATUK de bambú con una pasta dental natural, libre de flúor, triclosán, parabenos y sulfatos, ya que ademas de cuidar del planeta, tenemos que cuidar de nuestra salud.
Dra. Vanessa López